Bichectomía

BICHECTOMIA

La bichectomía es una intervención quirúrgica que consiste en la extracción de las bolas o bolsas de Bichat.
Las Bolas o Bolsas de Bichat son pequeñas bolsas de grasa que se encuentran en las mejillas, bajo los pómulos. Se llaman así por Xavier Bichat, el médico francés que las identificó a finales del siglo XVIII. Su función es servir de amortiguador de los músculos faciales entre los que se encuentran. Las bolas de Bichat son solo grasa, no glándulas. Por eso su extirpación es una intervención relativamente rápida y sencilla.

¿En qué consiste la cirugía?

La extirpación de las bolas de Bichat se realiza a través de una incisión de 1 o 2 cm de largo dentro de la boca, a la altura de los molares superiores, en la parte interna de las mejillas.
Se tarda menos de 1 hora en hacer los cortes y la operación se realiza con anestesia local. Por tanto, el paciente se marcha a su casa el mismo día de la intervención.
Tras la bichectomía no quedan cicatrices visibles, ya que los cortes se hacen en la parte interna de la boca.

¿Quién puede someterse a una bichectomía?

La bichectomía está más indicada para pacientes con el rostro muy redondeado o con mofletes gruesos, que deseen mejorar la apariencia de su rostro. Pueden ser hombres o mujeres.
Los pacientes con excesiva flacidez, de edad avanzada o con otras contraindicaciones no pueden someterse a esta operación. Por ello, es imprescindible consultar con un especialista.

Cuidados tras la bichectomía

Es una cirugía que requiere un seguimiento cuidadoso, porque la boca es muy propensa a las bacterias.
Al finalizar el procedimiento quirúrgico, el cirujano colocará una venda compresora para curar la hinchazón. Solo se coloca durante unas horas tras la cirugía. También puede aplicarse hielo en las mejillas para ayudar al proceso postoperatorio y reducir la inflamación.
Se suelen recetar medicamentos, como antibióticos y antiinflamatorios, con el objetivo de evitar infecciones y de mitigar el dolor (aunque sea liviano) para cuando pase el efecto de la anestesia.
Tras la intervención quirúrgica, a veces puede verse una mejilla más inflamada que la otra, lo que es completamente normal.
Una de las grandes ventajas es que no necesita tiempo de reposo. El paciente podrá volver a sus actividades y a trabajar inmediatamente.

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